En la era digital, los videojuegos se han convertido en una de las formas de entretenimiento más populares en todo el mundo, especialmente entre adolescentes y jóvenes. Aunque jugar a videojuegos puede ser una actividad recreativa saludable, cuando su uso se vuelve excesivo y compulsivo puede desarrollarse una adicción.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2022) la adicción a los videojuegos se define como: la pérdida de control sobre el juego, la priorización excesiva de esta actividad frente a otras responsabilidades y consecuencias negativas en la vida personal, social o laboral.
Principales señales de comportamiento de personas adictas a los videojuegos
La adicción a los videojuegos no surge de la noche a la mañana, se manifiesta a través de una serie de señales que, aunque pueden parecer inofensivas al principio, se vuelven cada vez más evidentes y problemáticas. Identificar estos signos tempranamente puede marcar la diferencia en la prevención de problemas más graves. A continuación, se detallan algunas de las principales señales para tener en cuenta:
- Aumento del tiempo dedicado a jugar. Una de las primeras señales es el incremento progresivo del tiempo invertido en videojuegos, sacrificando otras actividades importantes como estudios, trabajo o relaciones sociales.
- Pérdida de interés en otras actividades. La persona muestra desinterés por actividades que antes disfrutaba, prefiriendo siempre jugar. Esta falta de motivación hacia otras áreas puede indicar una dependencia creciente.
- Cambios en el estado de ánimo. Es común observar irritabilidad, ansiedad o tristeza cuando no se está jugando. Estos cambios de humor pueden ser una respuesta a la abstinencia del juego y reflejan una dependencia emocional.
- Negligencia de responsabilidades. El descuido de obligaciones académicas, laborales o domésticas es una señal clara. La persona prioriza el juego sobre sus deberes, lo que puede afectar a su rendimiento y relaciones interpersonales.
- Aislamiento social. La preferencia por jugar en lugar de interactuar con familiares o amigos puede llevar al aislamiento. Este comportamiento reduce las habilidades sociales y puede generar sentimientos de soledad.
- Problemas físicos. Dolores de cabeza, fatiga ocular, trastornos del sueño y sedentarismo son consecuencias físicas del uso excesivo de videojuegos. Estos síntomas pueden afectar la salud en general y el bienestar.
- Uso del juego como escape. Utilizar los videojuegos para evadir problemas personales o emocionales es una señal de alerta. Este comportamiento puede impedir el afrontamiento adecuado de situaciones difíciles.
- Mentiras sobre el tiempo de juego. Ocultar o minimizar la cantidad de tiempo dedicado a jugar indica una falta de control y conciencia del problema.
- Síntomas de abstinencia. Experimentar ansiedad, irritabilidad o tristeza cuando no se puede jugar es un indicativo de una dependencia. Estos síntomas reflejan la necesidad compulsiva de jugar para sentirse bien.
- Fracaso en los intentos de reducir el tiempo de juego. Intentar sin éxito disminuir el tiempo dedicado a los videojuegos demuestra una pérdida de control sobre el comportamiento.
Reconocer estas señales puede ser un paso crucial para abordar la adicción a los videojuegos. Si detectas alguna de estas conductas en ti o en alguien cercano, no dudes en pedirnos ayuda. La Terapia Breve Estratégica resulta una intervención muy efectiva para intervenir sobre la dependencia a las nuevas tecnologías. Te ofrecemos las herramientas necesarias para ayudarte a recuperar un equilibrio saludable entre el uso de la tecnología y la vida cotidiana.