“Cada uno de nosotros construye su realidad que luego padece”. A. Salvini.
Hace unas semanas os explicamos cómo desconectar del trabajo durante las vacaciones y sobre el estrés pre-vacacional que sufren ciertas personas. Pues bien, como todo lo que empieza también acaba, hemos detectado que esos mismos sujetos tienen más vulnerabilidad para sufrir síndrome o depresión o estrés post-vacacional.
Como dice Júlia Pascual: El ser humano tiene mucho arte en amargarse la vida. Parece que estemos más diseñados para percibir nuestra realidad de una forma negativa y angustiosa que no de lo contrario. Por ejemplo, si percibes el trabajo como una condena, amenazante y desagradable tendrás más predisposición a sufrir esté síndrome. Pero recordad cuando estábamos en plena crisis económica ¿cómo percibíamos el hecho de ir a trabajar? En esa época creo que desapareció la depresión postvacional porque la gente cambió su forma de verlo e ir a trabajar era ser muy afortunado y algo muy positivo. La directora del Centro de Terapia Breve Estratégica de Barcelona, añade que encuentra un “delito” utilizar el término depresión para definir este posible fenómeno porque es una forma de banalizar una patología que puede llegar a ser muy invalidante. En su opinión, encuentra más adecuado referirse a estrés o melancolía vacacional.
¿Qué es el síndrome post-vacacional?
Se define este síndrome como el conjunto de síntomas que puede padecer un trabajador al reincorporarse a su puesto de trabajo. Estos consisten, principalmente, en: cansancio generalizado, dolor muscular y alteraciones del sueño y del apetito. Además de ir acompañado de falta de motivación, tristeza e irritabilidad. Suele durar de 2 a 3 días a un máximo de 21 días hasta que la persona se vuelve adaptar a su nueva realidad. Cuando el malestar persiste en el tiempo puede generar trastornos de ansiedad y/o depresión. Diferentes estudios señalan que entre un 25 y un 30% de los trabajadores van a padecer este síndrome post-vacacional.
Desde nuestro punto de vista este problema sólo existe si lo piensas y lo seguimos difundiendo y hablando al inicio de cada curso laboral. Las palabras crean realidades así que deberíamos ir con cuidado en querer patologizar naturales procesos adaptativos.
¿Qué personas son más propensas a sufrir estrés postvacional?
Las personas que perciben la vuelta al trabajo como una situación adversa, es decir, como un estrés, tendrán más probabilidad de padecer un trastorno de ansiedad. Los problemas de ansiedad lo sufren más del 30% de la población mundial. A continuación queremos detallaros los 4 tipos de personas que más comúnmente sufren el síndrome post-vacacional según la psicóloga Júlia Pascual (2017):
1. El planificador: sería aquel que antes de empezar a trabajar ya está pensando y planificando hasta el más mínimo detalle de lo que va hacer en el trabajo. Son las típicas personas que se lo apuntan todo en la agenda, se hacen listas para todo, etc. Ejercen un control diario que también suelen hacer antes y durante las vacaciones. Estas personas si se les cambia algo de lo que tenían previsto, es decir, si surgen imprevistos sienten malestar en forma de tensión, nerviosismo e irritabilidad. Todos los cambios son formas potentes de estrés para ellos. También, suelen ser los que constantemente se imponen obligaciones laborales.
2. El fóbico: aquél que tiene miedo de afrontar su situación laboral y si pudiera la evitaría y que mejor forma que con las vacaciones. Serian sujetos que por miedo a equivocarse, a no ser capaz o a no estar a la altura de las circunstancias estarían continuamente fuera de vacaciones. Evitar y delegar las responsabilidades laborales a otros son sus acciones más habituales. Éstas soluciones para sobrellevar sus fobias acaban empeorándolos y la sensación de sentirse incapaces de hacerlo bien acaba incrementándose.
3. El controlador: serían aquellas personas que hacen rituales o evitaciones para propiciar que les vaya bien la jornada laboral, o para prevenir que no se equivoquen o les pase alguna cosa que no desean. Los tipo trastorno obsesivo compulsivo. Por ejemplo, aquella mujer que antes de acudir al trabajo debe de re-controlar varias veces que las luces, las puertas estén bien cerradas. O ese, que controla varias veces las acciones laborales qué realiza (envíos de correo, documentos, etc) por miedo a cometer un error, etc. Podríamos detectar este tipo de persona porque suelen ser los que nunca acaban saliendo a su hora del trabajo porque acaban siempre haciendo de más.
4. El profeta negativo: aquellos que continuamente les vienen pensamientos catastróficos y negativos que les hacen sentir angustiados, tristes, nerviosos e irritables. Por ejemplo aquél que piensa “este año seguro que no van haber cambios y seguiré haciendo este aburrido y mal pagado trabajo”, o “no he disfrutado suficiente de las vacaciones y ahora queda demasiado tiempo para volver a cogerlas”, etc.
10 Consejos para una vuelta al mundo laboral más funcional y combatir el estres postvacacional
Para gestionar con mayor facilidad el impacto emocional que implica el regreso a la rutina, es conveniente realizar una adaptación lo más progresiva posible. Aquí te muestro unos consejos que te ayudarán a hacerlo más llevadero:
1. Regresar unos días antes al lugar de residencia habitual. Apurar los días de vacaciones hasta el último día puede ser muy atractivo pero, también podría hacer más pesado y difícil el regreso al mundo laboral.
2. Normalizar el horario de manera progresiva. Cuando estamos de vacaciones uno de los mayores placeres es poder dormir más. Volver al trabajo implica cumplir horarios. Por ello, es aconsejable regularlo unos días antes de volver al trabajo.
3. Recuperar los hábitos alimentarios y el ejercicio físico de manera paulatina. Volver a la normalidad lo antes posible es lo ideal pero recuerda no forzarte. Date el tiempo necesario para recuperar los hábitos y así, disfrutar de sus beneficios. Piensa que según W. James se necesitan 21 días para instalar un hábito (aunque ese tiempo depende de la motivación, de la persona y de otros aspectos). Así que, piensa que de nuevo necesitarás un tiempo para deshabituarte y de nuevo habituarte.
4. Planificar objetivos realistas y empezar por el más pequeño. Sobrecargarte a la vuelta del trabajo planificando un montón de retos y objetivos de golpe sólo aumentarían la sensación de descontrol y podrían llevarte al bloqueo. Recuerda marcar objetivos formulados siempre en positivo. Un pequeño cambio es la mejor manera de generar el cambio.
5. Regularizar tu agenda laboral priorizando lo más inmediato. Saber organizarse siempre es necesario y a la vuelta de las vacaciones más que nunca. En caso de no poder finalizar las tareas pendientes te recomiendo anotarlas en una lista y así realizarlas en cuanto te sea posible. De este modo, evitarás que dándole vueltas en tu cabeza te roben la energía y te hagan sentir más agotado.
6. Aprovechar y disfrutar cualquier momento libre que tengamos por pequeño que sea. Los pequeños placeres pueden ser de gran ayuda para hacer más amena la obligación del mundo laboral. Un buen plan podría ser quedar el primer día con los compañeros de trabajo para hacer una pausa y conversar sobre los días pasados.
Consejos más de psicología estratégica (Pascual, J. 2017):
7. Aceptar las emociones que nos toca vivir. Aunque no nos guste sentir melancolía, tristeza, angustia o rabia, éstas son una respuesta funcional de nuestro organismo a los cambios. Permitirse llorar no hará que cambie tus obligaciones pero sí te hará vivirlo de una manera más serena. O por ejemplo, escribir en un papel la rabia que siento por lo que me ocurre y a continuación destruirlo en mil pedazos te ayudará a canalizarla.
8. Permítete no llegar a hacerlo todo aceptando imprevistos, así como cometer errores. Truco indicado para los sujetos del tipo 1: los planificadores.
9. Cada día elige por la mañana que pequeña cosa afrontarás como si te sintieras muy seguro de que todo va a salir bien. Indicado para las personas más fóbicas y controladoras.
10. Dedícate un espacio cada mañana para prever por escrito lo horrible que será la vuelta al trabajo y lo angustioso que puede llegar a ser. Recomendación especialmente indicada para el sujeto más tipo 4: el profeta.
Esperamos que estas recomendaciones sean de ayuda. Ahora, recordad que, si todos estos síntomas descritos persisten, debes consultar a un psicólogo.
Sonia Sendra. Psicóloga y psicoterapeuta especialista en Terapia Breve Estratégica de Giorgio Nardone