Inicio » Trastorno de ansiedad
El miedo es una emoción básica necesaria para nuestra supervivencia pero cuando se extrema puede convertirse en un límite que genera mucho bloqueo, invalidez y sufrimiento. Cuando se transforma en un problema, puede derivar en estos tipos de trastornos:
Un ataque de pánico se da cuando el miedo supera un cierto umbral, provocando la alteración de los síntomas fisiológicamente espontáneos, como el latido del corazón, la respiración, la sudoración, el temblor, presión en la cabeza, mareos, visión borrosa, etc. Cuando una persona, en consecuencia a esta alteración, siente miedo a perder el control o enloquecer o morirse, está padeciendo un ataque de pánico.
Cuando uno está sufriendo un ataque, siente malestar acompañado de una serie de síntomas que se sienten de forma brusca y por un tiempo determinado. Los síntomas de un ataque de pánico suelen ser los siguientes (se sufren generalmente entre 4 o más de la lista):
Cuando se tiene una crisis de ansiedad el cuerpo se activa como si tuviera que huir de un incendio, pero estando en una situación dónde tener el cuerpo extremadamente activado es totalmente ilógico. El miedo es una emoción que cuando se siente, activa todo el sistema parasimpático ayudando a la persona a ponerse en acción, a dar el máximo de sí mismo para poder huir de un peligro. Al vivir esta extrema activación en una situación donde no se debería de sentir, donde uno no debería de temer en absoluto a nada, las personas lo primero que piensan es que pueden estar padeciendo un problema físico como: infarto cardíaco, infarto cerebral, ataque epiléptico, etc. Y en consecuencia, al sentir el cuerpo extremadamente activado en un sitio que no se corresponde, la persona intentará controlar esas reacciones incomprensibles de su cuerpo y cuando más la controle más se descontrolarán, padeciendo un verdadero ataque de pánico.
Las personas que han sufrido un ataque de pánico intentan buscar soluciones para evitar que no les ocurra otra vez. Pero como decía Oscar Wilde: “ Muchas veces con las mejores intenciones se producen los peores efectos.” Hemos observado que si ponen en marcha las siguientes soluciones intentadas , que no han funcionado durante un mínimo de 3 meses, desarrollarán el trastorno de ansiedad. Las típicas soluciones intentadas que no funcionan en estos casos son:
Intento de control de las propias reacciones: lo primero que intenta hacer una persona que padece de crisis de ansiedad es controlar sus reacciones físicas por miedo a que se descontrolen de nuevo o para calmarlas. La persona suele mirarse y escucharse mucho todas las señales del cuerpo. Esta solución no funciona porque más la persona intenta controlar voluntariamente sus síntomas fisiológicamente espontáneos que funcionan sin nuestro control voluntario (ej. latidos corazón, respiración, etc), más se descontrola. “El exceso de control les hace perder el control”.
Primero de todo la persona debe de ser muy consciente que está intentando solucionar su problema con maniobras que en vez de ayudarle le están manteniendo y empeorando el problema. Por lo tanto, en la primera fase de la terapia daremos herramientas a la persona para que consiga bloquear las anteriores soluciones intentadas que no funcionan. Paralelamente, se entrena al paciente a usar la técnica de la peor fantasía, maniobra que sigue una lógica paradójica y se basa en la estratagema china de apagar el fuego añadiéndole más leña al fuego, con la que no sólo logran controlar los ataques de pánico sino que también se consigue que no aparezcan más. Posteriormente, una vez el paciente adquiere confianza y gestiona bien la técnica de la peor fantasía, lo llevaremos a afrontar todas esas situaciones que evitaba por miedo al miedo, así como le guiaremos para que saque todas las solicitudes de ayuda y precauciones que usaba, y que en vez de protegerlo lo estaban desprotegiendo.
“El miedo mirado a la cara se convierte en coraje, el miedo evitado siempre se transforma en pánico”. Giorgio Nardone
Júlia Pascual Psicóloga
Centro de Psicólogos en Barcelona. Terapia Breve estratégica
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