“Más guapa querrás estar y más defectos te verás”
En la actualidad el culto a la belleza es un fenómeno social y aumentan los tratamientos para la dismorfofobia. Solo hay que ver cómo han aumentado los negocios de estética, peluquería y cirugía estética en nuestras poblaciones. Es un fenómeno que también podemos observar con las presentadoras o colaboradoras de televisión que parece que compitan por los retoques que se hacen. No es perjudicial querer mejorarse físicamente pero cuando la mejora se convierte en una obsesión no solamente puede causar malestar sino que físicamente pueden desmejorarse.
Como les ocurrió, a Michael Jackson o la Duquesa de Alba que son grandes ejemplos de este drama.
Hay personas que se sienten patitos feos por uno o varios defectos que perciben de su aspecto físico que pueden ser reales o imaginarios. La idea de tener un defecto físico es una fijación mental y muchas veces va ligada a problemas relacionales con los demás y a un gran complejo de inseguridad, una autoestima baja. Estas pacientes, (lo digo en femenino porque suelen ser mayoritariamente mujeres aunque cada vez más hombres la padecen), pueden a la vez presentar obsesiones compulsivas por ejemplo, de mirarse continuamente al
espejo no sea que se vea más su defecto o para prevenirlo, ritualizar rígidamente tratamientos o ejercicios para potenciar su belleza, pesarse o mirarse demasiado lo que comen o dejan de comer, etc. Por otra parte, este problema puede acabar desarrollando trastornos alimentarios como anorexia, bulimia, síndrome de atracón. También trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad y depresión.
Quiero reiterar que mejorarse uno mismo para sentirse más bello y mejor en principio no tiene porque ser un problema. Pero cuando uno necesita mejorarse porque sino no se encuentra seguro o no se siente bien, o no se acaba de aceptar, etc, debería de consultar con un psicólogo. Las intervenciones de estética deberí
an de ser percibidas como mejoras para nuestro SER y no como acciones que nos creen dependencia y sean imprescindibles para sentirnos bien.
Os pongo un ejemplo para que quede más claro: una chica puede maquillarse para sentirse más guapa pero si necesita maquillarse todos los días, y en todas las situaciones porque sino se ve fea y tiene vergüenza de que alguien la vea así, entonces tiene ya el problema.
¿Tengo dismorfofobia?
Cuando la inseguridad y el malestar que se tienen se transforman en fobia y obsesión se padece de dismorfofobia. Es decir, cuando se tiene una sensación subjetiva de deformidad que no se adecua al aspecto real de la persona. Cuando la persona realmente tiene un defecto real que le hace sufrir, la intervención psicoterapéutica es distinta.
Si la persona para soportar su complejo físico intenta solucionarlo durante bastante tiempo de estas 3 formas padecería de dismorfofobia:
1) Evita situaciones y en consecuencia se va aislando socialmente por el miedo a ser observado o juzgado por su defecto.
2) Intenta esconder el defecto: por ejemplo con unas grandes gafas de sol, pelucas, mucho maquillaje, tipo de ropa ancha, etc.
3) Se plantea o realiza tratamientos e intervenciones quirúrgicas estéticas: una persona se arregla algo, luego puede empezar a observar que no le gusta otra cosa, e instalar un circulo viciosa de continuas intervenciones muy peligroso.
Estos pacientes sufren la siguiente paradoja: más guapas quieren estar y más feas se ven.
¿Estoy obsesionada con mi físico?
En nuestra centro de psicología en Barcelona somos especialistas en ayudar a las personas que tienen una preocupación excesiva que provoca un malestar clínicamente significativo por algún defecto imaginario o real de su aspecto físico.
Os quiero explicar tres diferentes casos atendidos en nuestra consulta de psicología de Barcelona y con resultados exitosos en menos de 10 sesiones.
Sin mi máscara y mis gafas no puedo:
En la consulta vino un día Ana que me pedía ayuda porque quería huir de sí misma. Ella no se gustaba nada físicamente al extremo de no querer mirarse al espejo. Ella huía de verse reflejada en cualquier, espejo, cristal, escaparate… De hecho había desarrollado varias técnicas para conseguir no verse reflejada. Su rechazo a si misma le hacía pensar que también los demás la criticaban y se reían de su aspecto. Por ello, intentaba no salir de casa, pero si lo hacía tardaba mucho en salir pensando en lo que se ponía de vestir y se maquillaba al más mínimo detalle para intentar cubrir todas sus supuestas imperfecciones. Le llevaba mucho tiempo intentar camuflarse. Luego salía de casa con unas grandes gafas de sol que intentaba no quitarse nunca. Ella decía que por ella iría en burka que sería su mejor solución. Tenía fobia a su imagen corporal, odiaba y sentía aversión a casi todos sus rasgos físicos. El rechazo a si misma, hizo que cada vez evitará más su vida relacional padeciendo un gran sufrimiento. Padecía de Dismorfofobia.
No quiero ser calvo:
Pedro vino a consulta porque sentía mucha angustia continua por el hecho de que las personas vieran que era calvo… A pesar de sus 30 años de edad él siempre iba con una gorra y peluquín para disimular su percibido defecto físico. Pasaba horas antes de salir de casa controlando como estaba su pelo, también estaba muy pendiente del tiempo puesto que detestaba los días de viento por miedo a que se le levantará la peluca. A todas horas estaba más pendiente de su cabeza que de otras cosas. Y por culpa de su preocupación excesiva evitaba ir a muchos sitios: playa, parques de atracciones, etc.
Más guapa quieres estar y más fea te verás:
Ada era una preciosa famosa de televisión pero que desde que empezó a salir con más frecuencia en los medios empezó a cuidarse más de lo que hacía normalmente. Al inicio veía que mejoraba y que se sentía mejor con ella misma, pero después de hacerse muchos tratamientos de belleza decidió hacerse una operación estética de senos para tenerlos más grandes. Explica que quedó tan contenta del resultado que después empezó a darse cuenta que su nariz tampoco le gustaba… Así que, poco tiempo después también se arregló a través de cirugía estética la forma de la nariz. Luego, empezó a darse cuenta que sus labios no eran como le gustaría así que también se operó los labios. Vino a consulta obligada por sus familiares y su médico que le había dicho que no la operaría hasta la aprobación de un psicólogo.
En este caso se estaba construyendo el círculo vicioso que más guapa quería ser y contradictoriamente más defectos se veía. Y hacerle ver que si seguía así sin la ayuda de un psicólogo podría ser que más guapa querría ponerse y más fea se podría poner y sentir. Como el ejemplo de Michael Jackson o nuestra simpática Duquesa de Alba.
Podéis ver la intervención de un caso muy parecido con este vídeo:
Cómo superar la dismorfofobia
Podemos ayudar eficazmente a una persona que sufre dismorfofobia a través de la Terapia Breve Estratégica o del coaching. Nuestro objetivo será observar cómo el problema funciona a través de las soluciones intentadas disfuncionales que la persona durante tiempo ha puesto en práctica. Pondremos en marcha un conjunto de herramientas psicológicas que usan la lógica de la paradoja y la contradicción para bloquear estas soluciones intentadas que no sólo no funcionan sino que empeoran la patología.
Queremos especificar que en el caso que el paciente identificado sea un adolescente, se realiza primeramente una psicoterapia familiar. Ésta implicará a los padres para que sepan cómo pueden ayudarle. Al menos al inicio necesitaremos orientar a los progenitores para luego poder intervenir directamente sobre la persona con maniobras psicológicas que ayuden a cambiar la percepción distorsionada recuperando una relación sana con la propia imagen y una relación positiva con los demás.
Quieres saber cuáles son los complejos físicos que más nos atormentan
Si quisierais saber más os recomiendo que leáis la siguiente entrevista que me hicieron en la revista Bazaar: aquí
Para finalizar, me gustaría que tuvieras presente antes de intentar solucionar o ocultar alguna cosa de tu aspecto físico lo siguiente: Tu defecto podría ser tu marca personal.
Júlia Pascual. Psicólogo en Barcelona. Especialista en trastornos alimentarios en Barcelona. Colaboradora del psicólogo Giorgio Nardone. Afiliada al Centro de Terapia Breve Estratégica (Arezzo, Italia).