Inicio » Trastorno de estrés postraumático
Una misma experiencia es vivida por cada uno de nosotros de manera diferente. Un mismo hecho adquiere matices, despierta sentimientos diferentes en cada uno de nosotros y eso hace que lo leamos de una manera única y personal. Las personas traumatizadas sienten que la herida o heridas del pasado les provocan dolor en el presente y les nublan la construcción de un futuro.
La palabra trauma deriva del griego y significa «herida». El trauma es por tanto una «herida psicológica» que puede ser provocada por varias situaciones. Por ejemplo, cuando oímos hablar de sucesos traumáticos, los asociamos a problemas originados por grandes desastres naturales o aquellos causados por el hombre, como guerras, accidentes, abusos sexuales, etc. Los especialistas los denominamos Traumas con «T» por la gran magnitud de sus causas, pero fundamentalmente porque se trata de situaciones en las que está en peligro nuestra integridad física y por tanto hay peligro incluso de muerte.
Pero también existe otra categoría, los traumas con «t», son los relacionales, y los que más frecuentemente observamos en la consulta psicológica. Pueden ocurrir tanto en el ámbito familiar, de pareja, laboral, escolar…. En general son todos aquellos acontecimientos que puedan comportar una “herida” a la persona como es la desprotección, humillación, cambio de roles en la familia, víctimas de bullying, mobbing, abandono, etc….. donde si bien no se pone en riesgo la vida, son siempre experiencias que tienen un fuerte impacto emocional sobre la persona.
Sin embargo, la importancia de las causas del suceso traumático no determina la calidad del daño que éste produce. Puede ser igual de dañino tanto si se escribr con «T» como con «t», porque sus efectos dependerán de cada persona, de su historia y su entorno afectivo, del momento en que se haya producido y de su reiteración a lo largo del tiempo.
En el trauma, no importa su origen, afecta de tal manera la salud, la seguridad y el bienestar de la persona, que ésta puede llegar a desarrollar creencias falsas y destructivas de sí misma y del mundo.
Lo que ocurre en una situación traumática es que no conseguimos colocar la situación cognitivamente, de algún modo, porque a menudo son situaciones imprevisibles, absurdas y no se consigue dar un sentido, no se puede afrontar y, como consecuencia, nos desarma y nos da un sentido de vulnerabilidad. Esto es lo que sucede dentro de nosotros cuando vivimos un trauma, tenemos un terremoto emotivo porque no conseguimos darle un sentido.
El síntoma principal del trastorno de estrés postraumático (TEP) es la re-experimentación del trauma (recuerdos recurrentes, pesadillas, flashback), pero también se manifiesta cuando la persona es incapaz de enfrentarse a estímulos o recuerdos que estén asociados con él y aparece una sensación fuerte de angustia, sudor, palpitaciones, mareos….. Otros síntomas comunes son:
Se esfuerza por evitar los pensamientos, lugares, personas… que le puedan recordar una situación o hecho determinado y es incapaz de poder explicarlo.
En ocasiones alguna parte importante del acontecimiento se ha olvidado.
La vida afectiva se restringe y la falta interés en las actividades cotidianas la invade.
La persona tiene la sensación de estar condenada y mira el futuro con desesperanza.
En otras palabras cuándo un trauma se convierte en un trastorno por estrés postraumático
Eso está muy ligado al tiempo. La fase aguda de una situación traumática puede durar hasta unos tres meses y, por lo tanto, la persona podrá tener en ese periodo muchas reacciones (dificultad para dormir, tendrá siempre aquella imagen delante, no podrá concentrarse, sudoración, irritabilidad…….). Incluso evitará ir a sitios o ver personas que le recuerden lo vivido. Pero pasado ese tiempo, si no se ha podido elaborar la situación de forma adaptativa nos encontraremos con un verdadero trastorno de estrés postraumático (TEP).
Podemos decir que nuestro cerebro dispone de una capacidad natural de elaborar información de forma adaptativa, lo que ocurre es que en estas situaciones esa capacidad natural se bloquea, incluso por las secreciones hormonales que se producen en ese momento de fuerte estrés, y como consecuencia de todo ello se genera una emoción negativa que va acompañada de una creencia negativa hacia uno mismo del tipo “ no puedo” “no se cuidar de mi mismo”, “soy débil” “no valgo nada” “ nunca lo conseguiré”…..
El objetivo de la terapia es producir ese desbloqueo, de forma que las emociones comiencen a fluir y toda esa carga emotiva de rabia, dolor, malestar, tristeza…comience a desensibilizarse y se disminuya así la emoción negativa permitiendo eliminar esa creencia negativa sobre uno mismo que la situación ha producido y transformarla posteriormente en una creencia positiva y adaptativa.
Si sufres estrés postraumático podemos ayudarte
Existen diferentes abordajes psicoterapéuticos pero destacan entre los más eficaces y rápidos y que practicamos en nuestro centro de psicología:
Sabemos que el pasado no se puede cambiar pero lo que si podemos es cambiar la percepción de ese pasado. Cambiar nuestra forma de ver lo que sucedió y verlo de un modo más distante. Donde ya no se produzca ese fuerte malestar, se reconozca que ha sido una experiencia dolorosa pero se puede ver de un modo más constructivo, sobretodo para uno mismo. En definitiva y para concluir con las palabras de nuestro maestro Giorgio Nardone: La única forma de liberarte de un dolor es tener el coraje de pasar por el medio.
Blanca Díaz.
Psicóloga y psicoterapeuta especialista en trauma psicológico del Centro de Terapia Breve Estratégica de Barcelona Júlia Pascual.
Otros tratamientos que abordamos en nuestro centro son:
Júlia Pascual Psicóloga
Centro de Psicólogos en Barcelona. Terapia Breve estratégica
Rambla de Catalunya, 86, 2º-1ªBarcelona08008
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